No somos animales. Así nos asegura el pintor cubano Roberto Fabelo, y con este sugerente título acaba de inaugurar una exposición en la Galería Habana. Casi señalándonos con el dedo, acariciándonos y culpándonos a la vez, Fabelo nos entrega nuevamente su universo fabuloso de criaturas irreales -que parecen salidas de un cuento-,que al mismo tiempo son tan legítimas como nosotros mismos o el pincel que les dio vida.
Exposición de Fabelo
Un sinfín de interpretaciones se despliega en cada detalle de los cuadros que conforman la muestra. Óleos a gran formato, hechos recientemente, y pequeños dibujos a lápiz (algunos de mediados de los años 90) contrastan en la sala, pero todos ostentan el estilo inconfundible del artista.
Los dibujos aparentemente son sencillos, hechos sobre páginas arrancadas de cuadernos, quizás aprovechando el justo momento de la inspiración, sin afeites ni mucha planificación, pero siempre con ese estilo de trazos esmerados que caracteriza a Fabelo.
Las obras grandes son realmente imponentes no solo por sus dimensiones, sino por lo que trasmiten las imágenes en ellas. Son todas partes de una misma familia en colores o en tonos de grises.
Sobre todo estas últimas, precisamente por estar entre el blanco y el negro, de alguna manera nos muestran los dos extremos de esos humanos-animales que se nos asemejan. Es como ir a ambos lados en nuestra naturaleza interior: los más apacibles sueños y las peores pesadillas; lo correcto y lo mal hecho; lo normal y lo retorcido…
Por supuesto, una exposición como esta se anuncia por sí sola. Con la sala abarrotada de gente pidiéndole autógrafos o fotos en medio de abrazos con amigos, que también son grandes artistas cubanos, Fabelo nos dedicó unas palabras amablemente.
No somos animales
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¿Por qué no somos animales?
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Cultura contra ignorancia, ahí está la clave de todo. Aún nos queda mucho por evolucionar.
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¿Es esta una manera de rebelarse de los acontecimientos en el mundo?
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En muchas cosas que suceden el obstáculo somos a veces nosotros mismos, los humanos. Nuestra propia conducta social o la incomprensión ante determinados procesos nos impiden progresar. Hay que hacer del camino que recorremos algo mejor que lo que nos hemos propuesto. Necesitamos emanciparnos como humanos, como entes sociales.Creo que hay algo de eso aquí, algo del animal que somos y que combatimos a la misma vez. Estos personajes son los mismos que podemos encontrar en la calle, en una reunión. Por eso en estos cuadros hay también un comentario de crítica social.
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Algunos de los títulos de los cuadros son Sapingo o Chicharrón, que son términos más bien usados de forma vulgar en nuestro lenguaje…
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Así mismo. Ese lenguaje popular está estrechamente vinculado a nuestro proceder, a nuestras actitudes ante la vida. Es un lenguaje criticable, pero forma parte de lo que vivimos. Emplearlo aquí no es más que hacerlo visible con una cierta ironía.
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Después de diciembre, ¿qué recorrido tendrá la exposición, fuera de la Galería Habana?
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Aún no tengo seguridad. Estoy guardando obras para una gran exposición que tengo en mente. Acabo de exponer en Berlín, nos fue muy bien y esta es una continuación de lo que hice allá. Queremos completarla para futuros proyectos que pensamos mostrar fuera de Cuba con varias propuestas que tengo.