A la Bienal de La Habana le quedan aún unos días de actividad (cerrará oficialmente sus puertas el próximo 22 de junio), y aunque Roberto Fabelo participa en tres relevantes proyectos ya prepara una exposición para una importante galería neoyorkina, labora en un vitral a ser emplazado en la sede del Ministerio de Cultura, en La Habana, y se esmera en la decoración de un barco de nacionalidad alemana.
Todo ello lo comentó en entrevista exclusiva con Cuba Contemporánea durante un encuentro fortuito acontecido justo ante la pieza Delicatessen, parte del proyecto Detrás del Muro, que se extiende en el tramo del malecón habanero comprendido entre el Parque Maceo y La Punta.
Bajo un sol demasiado fuerte para media mañana, Fabelo (Camagüey, 1950) aseguró que Delicatessen como imagen sigue siendo habitual en su temario o imaginario porque utiliza objetos de la cotidianidad: El calderón y los tenedores acompañan al hombre todos los días de su vida y sirven como instrumentos para llevarse el alimento a la boca. Pero, más allá de su acción física, están expresando, simbólicamente, el esfuerzo que el hombre tiene que realizar todos los días para procurarse su sustento.
Titular esta obra como “Delicatessen” no es más que una suerte de ironía o contrasentido, porque a menudo es muy dura la tarea de procurarse el alimento: “Delicatessen” se asocia a un alimento delicado o a un plato exquisito, fino, pero a su vez la pieza posee una obvia rusticidad y dureza que alude a lo que significa procurarse el alimento. Es una pieza de gran tamaño -lo que también sugiere la dimensión del problema- y está siendo atacada por miles de tenedores que, de alguna manera, expresan las individualidades, es decir, la singularidad del individuo.
Puede haber otras interpretaciones, pero es una obra sobria y ruda porque estoy hablando de una problemática seria y compleja, aunque con algo de humor, porque no podemos prescindir de él aun en las circunstancias más difíciles.
- En esta 12 edición de la Bienal Fabelo ha tenido un obvio protagonismo: está en ARTIS, galería del Fondo Cubano de Bienes Culturales, con una muestra personal; en Zona Franca en La Cabaña y en Detrás del Muro. ¿Qué las une?
Incluí una obra de mi colección personal que está compuesta por varias torres hechas de calderos que tienen algunos dibujos y grafismos relacionados con el mismo asunto.
Hay una pieza que ese llama “Caldosa” -a partir de una olla o caldero grande- que tiene grabados también una serie de dibujos con un tono un poco humorístico, festivo, y que tratan, quizás, de evocar el momento divertido que se genera alrededor de una caldosa que - como se sabe- es un plato que preparan los cubanos cuando están de fiesta. Por esos caminos ando y creo que sí, que en cuanto a temática hay coherencia entre las tres propuestas.
- En esta Bienal se está viendo mucho arte conceptual, mucho arte joven. Usted es un artista que tiene un intenso camino recorrido en las artes plásticas cubanas e internacionales; sin embargo, siento que su obra es muy contemporánea…
- No sé, pero te aseguro que no quiero ni me interesa ser contemporáneo ni clásico. Lo que deseo es trabajar y mantener la curiosidad en la búsqueda dentro de mí mismo, de mi imaginario, de mis inquietudes, de mis indagaciones. Esa curiosidad y esa persistencia -así se llama la exposición de ARTIS, “Persistencia” -, pero, ¿por qué persistencia? Es que yo creo que eso es lo que hacemos: persistir, y así sigue la vida. Si te desmovilizas, pierdes: el espermatozoide persiste para llegar a un punto que ni sabe, pero en mi tránsito lo que hago es persistir tratando -desde luego- de mantenerme atento. Te puedo asegurar que dibujo todos los días y, como va quedando menos tiempo, me organizo mejor para producir más obra.
Puede ser una insensatez proponerse o no ser contemporáneo o clásico. Quizás la Venus de Milo es contemporánea porque ha permanecido en el tiempo y es un ícono que, aunque clásico, genera y crea muchos enigmas y preguntas.
El arte tiene esa condición y el arte contemporáneo insiste en hacer un llamado al pensamiento, a las ideas y a la actividad del hombre en términos de indagación y de cuestionamiento de sí mismo y de su entorno.
Creo que de una u otra forma eso me mueve: si lo logro o no lo dirán los críticos y los historiadores, porque es algo que no puedo definir. Simplemente, soy un hombre de este tiempo y uno no sabe si va a llegar a ser un hombre de todos los tiempos.
Tomado de: http://www.cubacontemporanea.com/noticias/12840-roberto-fabelo-soy-un-hombre-de-este-tiempo